Es un procedimiento mínimamente invasivo, con anestesia regional, que se utiliza para la destrucción y extracción de piedras del uréter y la vejiga.
Para ello, se introduce en la vejiga un instrumental muy fino y con visión directa por videocámara, se llega hasta el cálculo para fragmentarlo con un aparato destinado a tal fin.
¿CÓMO SE LLEVA A CABO LA CIRUGÍA?
Se accede al cálculo renal a través de una punción en la piel a nivel lumbar, o bien a través de la uretra hasta la vejiga o el uréter, según donde se encuentre el cálculo. Lo que se introduce es un tubo de fibra óptica con una punta rígida y flexible, conectado a una cámara. Una vez se visualizan los cálculos, se fragmentan con la pulsación del láser. La energía que contiene el láser permite fragmentar el cálculo de una forma rápida.
¿CÓMO SERÁ EL SEGUIMIENTO?
Siempre se recomienda que el paciente acuda acompañado, puesto que es una intervención ambulatoria pero después requerirá que le acompañen al hogar. Una vez en casa deberá hacer reposo y tomar antibiótico y antiinflamatorio. Al siguiente día de la intervención el paciente ya puede hacer vida normal.
RIESGOS Y EFECTOS SECUNDARIOS DE LA CIRUGÍA
El hecho de que se introduzca un instrumento endoscópico en las vías urinarias puede hacer que éstas se inflamen, lo que puede, a su vez, dificultar el tránsito de orina del riñón a la vejiga.
Además de las molestias del catéter uretral, en algunos casos puede haber un ligero sangrado en la orina, que no se alarga durante más de 5 días.